La transición a los lentes de contacto puede parecer desalentadora al principio, pero con la información y el cuidado adecuados, puede ser un proceso suave y exitoso. Aquí tienes cinco consejos que te ayudarán a adaptarte a tus nuevos lentes de contacto y a disfrutar de una visión clara y cómoda.
1. Sigue las Instrucciones de tu Profesional de la Salud Visual al Pie de la Letra
Este es, sin duda, el consejo más importante. Tu optometrista u oftalmólogo te proporcionará instrucciones específicas sobre cómo insertar, remover, limpiar y almacenar tus lentes de contacto. Estas instrucciones se basan en el tipo de lente que te han recetado, la forma de tus ojos y tus necesidades individuales. No te saltes ningún paso y no asumas que sabes cómo hacer algo solo porque lo has visto hacer a otra persona. Un error simple puede provocar molestias, irritación o incluso una infección ocular. Presta mucha atención durante la adaptación y no dudes en hacer preguntas hasta que te sientas completamente cómodo con el proceso.
Entendiendo tu Prescripción
Es crucial que comprendas tu prescripción de lentes de contacto. A diferencia de la prescripción de gafas, la de lentes de contacto incluye información adicional como la curva base (BC) y el diámetro (DIA) del lente. La curva base se refiere a la curvatura de la superficie posterior del lente, que debe coincidir con la curvatura de tu córnea. El diámetro es el tamaño del lente. Estas medidas aseguran que el lente se ajuste correctamente a tu ojo. Si intentas usar lentes con una curva base o diámetro incorrectos, podrías experimentar molestias, visión borrosa o daño a la córnea. Siempre verifica que estás usando los lentes correctos según tu prescripción.
El Calendario de Uso y Reemplazo
Otro aspecto fundamental es el calendario de uso y reemplazo de tus lentes. Existen diferentes tipos de lentes: diarios (de un solo uso), semanales, quincenales y mensuales. Usar lentes diarios durante más de un día, o lentes quincenales durante más de dos semanas, aumenta significativamente el riesgo de infecciones oculares. Los lentes de contacto acumulan depósitos de proteínas y lípidos con el tiempo, incluso con una limpieza adecuada. Estos depósitos pueden irritar tus ojos y proporcionar un caldo de cultivo para bacterias. Adhiérete estrictamente al calendario de reemplazo recomendado por tu profesional de la salud visual. Marca las fechas en tu calendario o usa una aplicación para recordarte cuándo debes cambiar tus lentes.
La Importancia del Solución de Limpieza
La solución de limpieza que utilizas para tus lentes de contacto es tan importante como los lentes mismos. Utiliza únicamente la solución recomendada por tu profesional de la salud visual. No uses agua del grifo, saliva o suero fisiológico casero para limpiar o almacenar tus lentes. El agua del grifo puede contener microorganismos peligrosos, como Acanthamoeba, que pueden causar infecciones corneales graves. La saliva contiene bacterias que pueden contaminar tus lentes. Las soluciones de limpieza están formuladas específicamente para eliminar los depósitos de proteínas y lípidos, desinfectar los lentes y mantenerlos hidratados. Sigue las instrucciones del fabricante de la solución de limpieza y no reutilices la solución vieja. Siempre usa solución fresca cada vez que almacenes tus lentes.
2. Practica la Inserción y Remoción Correctamente
La inserción y remoción de los lentes de contacto pueden parecer complicadas al principio, pero con la práctica se vuelven mucho más fáciles. La clave es la paciencia y la técnica adecuada. Antes de tocar tus lentes de contacto, lávate bien las manos con agua y jabón y sécalas con una toalla sin pelusa. Asegúrate de que tus uñas estén cortas y lisas para evitar rayar tus ojos o dañar los lentes. Coloca el lente en la punta de tu dedo índice y examínalo para asegurarte de que no esté al revés. Un lente al revés tendrá una forma de "taza" en lugar de una forma de "tazón". Utiliza tu otra mano para sujetar tu párpado superior y evitar parpadear. Con tu dedo medio de la mano que sujeta el lente, baja tu párpado inferior. Mira directamente al frente y coloca suavemente el lente en tu ojo. Suelta lentamente tus párpados y parpadea varias veces para ayudar a que el lente se centre. Si sientes alguna molestia o visión borrosa, retira el lente y vuelve a intentarlo.
Técnicas de Remoción
Para remover los lentes, lávate bien las manos. Mira hacia arriba y baja tu párpado inferior con tu dedo medio. Con tu dedo índice y pulgar, pellizca suavemente el lente y retíralo de tu ojo. Nunca uses tus uñas para remover los lentes, ya que esto puede dañarlos o irritar tu córnea. Si tienes dificultades para remover los lentes, utiliza gotas lubricantes para humedecerlos y facilitar su deslizamiento. Si el lente se siente pegado a tu ojo, no lo fuerces. Parpadea varias veces y mueve tu ojo de un lado a otro para ayudar a aflojarlo. Si aún tienes problemas, consulta a tu profesional de la salud visual.
La Importancia de la Higiene
La higiene es fundamental para prevenir infecciones oculares. Lávate siempre las manos antes de tocar tus lentes de contacto. Limpia tus lentes de contacto con la solución recomendada después de cada uso. No uses agua del grifo, saliva o suero fisiológico casero para limpiar o almacenar tus lentes. Reemplaza tu estuche de lentes de contacto cada tres meses. No uses maquillaje caducado o productos para el cuidado de la piel cerca de tus ojos. Si desarrollas una infección ocular, deja de usar tus lentes de contacto y consulta a tu profesional de la salud visual inmediatamente.
3. Comienza Gradualmente y Aumenta el Tiempo de Uso
No intentes usar tus lentes de contacto durante todo el día desde el primer día. Tus ojos necesitan tiempo para adaptarse a la sensación de tener un objeto extraño en la superficie ocular. Comienza usándolos durante unas pocas horas al día y aumenta gradualmente el tiempo de uso cada día. Si sientes alguna molestia, irritación o sequedad ocular, retira los lentes y dales un descanso a tus ojos. A medida que tus ojos se adapten, podrás usarlos durante períodos más largos. Si continúas experimentando molestias, consulta a tu profesional de la salud visual. Es posible que necesites un tipo diferente de lente o una solución de limpieza diferente.
Adaptación a Diferentes Entornos
Considera el entorno en el que estás usando tus lentes de contacto. Los ambientes secos, como las oficinas con aire acondicionado o los aviones, pueden hacer que tus ojos se sequen más rápidamente. Si trabajas en un ambiente seco, usa gotas lubricantes para mantener tus ojos hidratados. Evita fumar y exponerte al humo, ya que esto puede irritar tus ojos. Si practicas deportes acuáticos, usa gafas protectoras para evitar que el agua entre en tus ojos. El agua puede contener microorganismos que pueden causar infecciones oculares.
La Sequedad Ocular y los Lentes de Contacto
La sequedad ocular es un problema común entre los usuarios de lentes de contacto. Los lentes de contacto pueden reducir la cantidad de oxígeno que llega a la córnea, lo que puede provocar sequedad ocular. Si experimentas sequedad ocular, usa gotas lubricantes recomendadas por tu profesional de la salud visual. Evita las gotas para los ojos que contienen conservantes, ya que estos pueden irritar tus ojos. Considera usar lentes de contacto de hidrogel de silicona, que permiten que más oxígeno llegue a la córnea. También puedes hablar con tu profesional de la salud visual sobre la posibilidad de usar lentes de contacto diarios, ya que estos pueden reducir la sequedad ocular.
4. Presta Atención a las Señales de Advertencia
Es importante que prestes atención a cualquier señal de advertencia que pueda indicar un problema con tus lentes de contacto. Si experimentas enrojecimiento, dolor, visión borrosa, sensibilidad a la luz, secreción o cualquier otra molestia inusual, retira tus lentes de contacto inmediatamente y consulta a tu profesional de la salud visual. No ignores estos síntomas, ya que podrían ser signos de una infección ocular grave. Las infecciones oculares pueden provocar daño permanente a la visión si no se tratan de inmediato.
Infecciones Oculares Comunes
Algunas de las infecciones oculares más comunes asociadas con el uso de lentes de contacto incluyen la queratitis bacteriana, la queratitis por Acanthamoeba y la queratitis fúngica. La queratitis bacteriana es una infección de la córnea causada por bacterias. La queratitis por Acanthamoeba es una infección de la córnea causada por un parásito que se encuentra en el agua del grifo y en las piscinas. La queratitis fúngica es una infección de la córnea causada por hongos. Estas infecciones pueden causar dolor intenso, visión borrosa y daño permanente a la visión.
La Importancia de la Consulta Profesional
Si experimentas alguna señal de advertencia, no intentes tratarla tú mismo. Consulta a tu profesional de la salud visual lo antes posible. Ellos podrán diagnosticar el problema y recomendar el tratamiento adecuado. No uses lentes de contacto hasta que tu ojo haya sanado por completo. Seguir las instrucciones de tu profesional de la salud visual y mantener una buena higiene ocular son las mejores formas de prevenir infecciones oculares.
5. Programa Exámenes Oculares Regulares
Incluso si te sientes cómodo con tus lentes de contacto y no tienes ningún problema, es importante que programes exámenes oculares regulares con tu profesional de la salud visual. Estos exámenes ayudarán a asegurar que tus lentes de contacto sigan ajustándose correctamente y que tus ojos estén sanos. Tu profesional de la salud visual también podrá detectar cualquier problema potencial antes de que se convierta en algo grave. La frecuencia de los exámenes oculares dependerá de tus necesidades individuales, pero generalmente se recomienda un examen anual.
Evaluación de la Salud Ocular
Durante tu examen ocular, tu profesional de la salud visual evaluará la salud de tus ojos y verificará si hay signos de sequedad ocular, infecciones oculares o cualquier otra condición. También revisarán tu prescripción de lentes de contacto para asegurarse de que sea la correcta. Si necesitas un nuevo par de lentes de contacto, tu profesional de la salud visual te ayudará a elegir los lentes que mejor se adapten a tus necesidades. También te brindarán consejos sobre cómo cuidar tus lentes de contacto y prevenir problemas oculares.
Comunicación Abierta
Asegúrate de comunicar cualquier preocupación o pregunta que tengas a tu profesional de la salud visual. Ellos están ahí para ayudarte a tener una experiencia exitosa con tus lentes de contacto. No tengas miedo de hacer preguntas sobre el cuidado de tus lentes, la solución de limpieza o cualquier otro tema que te preocupe. Tu profesional de la salud visual estará encantado de brindarte la información que necesitas para mantener tus ojos sanos y tu visión clara.
La transición a los lentes de contacto puede ser un viaje emocionante que mejora significativamente tu calidad de vida. Siguiendo estos cinco consejos y trabajando en estrecha colaboración con tu profesional de la salud visual, puedes disfrutar de una visión clara y cómoda con tus nuevos lentes de contacto durante muchos años.
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